Toda obra de construcción está diseñada para ser construida con una calidad mínima de los materiales, sean estos concreto, acero, agregados pétreos, mezclas asfálticas y otros. La calidad está definida por las características físico-mecánicas de los materiales, las condiciones del manejo y las condiciones de colocación como densidad in-situ, humedad, espesor de capas y otros.
Estos requerimientos de la calidad de materiales son vitales para darle el valor agregado a una obra y asegurar que al menos preste su plazo de vida útil.